La aventura continúa...

Hace dos años y varios meses que inicié esta aventura que es el matrimonio. Y bueno, no he cambiado mucho, sigo creyendo que es para toda la vida. Sigo amando al hombre con el que me casé, pensando que los hijos son consecuencia y no razón de ser del matrimonio.

Y aquí estamos, con la esperanza y la fé por bandera, con el amor de escudo, con las estadísticas de divorcios por enemigos.

El recorrido ha sido corto, de subida, de bajada, con pequeños baches y una que otra ponchadura de llanta. Lo bueno de todo esto, es que somos un gran equipo, y hemos aprendido que hay que jugar juntos, la misma estrategia, mismo corazón.

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