Operación Bebé (1era. parte)

 
 
Me casé hace casi cinco años, ilusionada, enamorada. En aquel entonces trabajaba, era un buen trabajo, con un buen sueldo y excelentes prestaciones. Por causas personales a los nueve meses de casada tuve que dejarlo, e inicié mi vida como ama de casa, circunstancia que dio lugar a que iniciara mi blog. Viví en un mundo color de rosa, todo era maravilloso. Al cumplir un año de casados decidimos que era momento de embarazarnos, y fue así que iniciamos la "operación bebé".
Estábamos emocionados y seguros de que en unos pocos meses estaríamos cumpliendo nuestro sueño de ser padres. Pero bien dice el dicho: "uno pone, Dios dispone, viene el diablo y todo lo descompone".
Pasó más de un año sin que tuviéramos siquiera la sospecha de un embarazo, cabe mencionar que mi menstruación es exageradamente regular, como reloj suizo; así que durante ese tiempo no tuve ni siquiera un retraso.
Es normal, pensábamos; a veces tarda uno en embarazarse; lo deseamos tanto que se está dando a desear; el próximo mes, ¡seguro! y de mes en mes pasó un año y medio sin siquiera una falsa alarma.
En ese momento hablamos y llegamos a la conclusión que necesitábamos ayuda médica. Fue difícil aceptarlo, porque, seamos sinceros, no nos gusta pensar que tenemos un problema biológico, pero el primer paso estaba dado.
El segundo paso era encontrar un médico que nos diera confianza y que tuviera una especialización en este tipo de problemas (porque para nosotros ya era un hecho que teníamos un problema). Pero ¿cómo encontrar un buen médico que no lucre con tus ilusiones en una ciudad donde tienes poco tiempo de vivir? Ése fue otro reto, ya que no queríamos hacer del dominio público que estábamos teniendo dificultades de ese tipo; así que preguntando "bajita la mano" logramos dar con un especialista en Gineco-obstetricia y endocrinología de la reproducción.
Solicitamos una cita que nos fue agendada para un mes después... y nuestras ilusiones nuevamente se pintaron de verde esperanza.

No hay comentarios