¡Nos vamos al mundial, nos vamos al mundial!

Ciertamente el tiempo pasa volando, y bueno, ya estamos en plena fiebre futbolera (por aquello del Mundial), aunque a mí no me gusta este deporte es obvio que me enteraré -aunque no quiera- de los pormenores del mismo. Aclaro, mi esposo tampoco es tan apegado al balonpié, pero si queremos hablar de algo durante este mes con los demás mortales que nos rodean pues no nos quedará de otra más que estar al tanto de quién ha ganado, perdido o empatado.

Pensándolo bien, creo que no será necesario conocer los detallitos, porque a lo más que haré será como dar pie para que el otro hable, algo así como: ¿quién está jugando?, ¿cómo van? ¿quién te gusta para que gane?; ya con estas preguntitas el otro soltará toda la ideología de su cultura futbolera.

Tendré que ir preparando mi garganta para poder expresar mi "grandiosa" emoción cada vez que la selección de mi país meta un gol, y mi repertorio de malas palabras para cuando el gol sea en nuestra contra.Creo que con eso bastara para guardar las apariencias, aunque en el fondo (bueno, ni tan en el fondo) sé que la selección no llegará lejos (dentro del torneo, porque ir a Sudáfrica es bastante lejos).

Ellos van a aparentar que están dando el máximo en la cancha, que de veras merecen lo que les pagan por ir, que los bonos extra están justificados, que no son vacaciones pagadas (con los impuestos de todos nosotros, ¡faltaba más!).

Nosotros, aparentaremos que nos encanta el fútbol, que tenemos fé en que van a ganar y pasar a la siguiente ronda, que no pensamos que son una causa perdida, que los que están ahí representando a todo un país de veras son los mejores, que no creemos que les falta nivel para competir, que ese dinero mejor deberían invertirlo en cultura, que no pensamos que únicamente van a pasear... (aquí pueden agregar ustedes sus reales pensamientos).

Pero bueno, ¿qué puede saber una mujer común de fútbol? Nada, en serio, no sé nada.

No hay comentarios