Los hijos ¿para cuándo?

Apenas se entera la familia y los amigos que tenemos una relación seria y empiezan a preguntar:”¿y la boda para cuándo?”,por lo que nuestra alma descansa cuando les damos la fecha que hemos elegido para casarnos, pero la cosa no termina ahí.

Todavía no me quitaba el vestido de novia cuando la pregunta ya había cambiado de nivel: “¿y los hijos para cuándo?

¿Los hijos para cuándo? ¡Por Dios! ¡Dejen por lo menos me acostumbre a vivir con este hombre! Aunque los argumentos son convincentes para pocrear de inmediato nosotras queremos disfrutar, vivir esa luna de miel que dicen es el primer año de casados.

A pesar de que ya está planeado lo de los hijos, los comentarios “bien intencionados” nos hacen pensar en que ya no somos unas chiquillas y que por tal razón ya no nos cocemos al primer hervor.

Casarse después de los treinta implica que tu edad reproductiva está a un pasito de acabarse y este tipo de preguntas sólo logran que empecemos a sentirnos si no viejas por lo menos “maduritas”, empezamos a acelerar nuestro reloj maternal o como le llamen a eso y con cada bebé que vemos soñamos con nuestro perfecto chamaco, mitad él, mitad yo. Pero cuando estamos con nuestras amigas con hijos, casadas o no, volvemos a nuestra realidad y nuevamente regresamos al plan de esperarnos un poco, no mucho, en serio, sólo un poquito.

No hay comentarios