Mi primer guiso.

Realmente no recuerdo que fue lo que comimos los primeros días de casados, pero cuando pasan los momentos de emoción, de abrir regalos, de poner esto aquí, esto otro acá comienza lo cotidiano.

Y así, un día me llegó el momento de cocinar por primera vez. Mis dudas eran muchas, sino es que todas, no sabía ni hacer caldo de pollo, digo, huevos eso sí, en todas sus presentaciones pero, ¿cómo le voy a dar de comer huevo a mi esposo en el primer día que cocino?

Mi primer guiso fue carne deshebrada, que bueno, no tiene mayor ciencia que poner a hervirla con algunos ingredientes para darle sabor y poder usar el caldo como cónsome.

Uno de los regalos de boda fue una olla exprés la cual yo no sabía usar y por supuesto tuve que preguntar qué onda con esta ollita rara... para no pasar más penas, le pregunté a mi esposo (lo acepto, él sabe más de cocina que yo, por cierto, tiene muy buen sazón) y después de que me explicó lo de la valvulita puse manos a la obra.

Pasaron unos minutos y de repente escuché un zumbidito raro, el cual provenía de la olla, como era muy fuerte me preocupé y recordé que cuando abrí la caja había visto un instructivo de uso, así que ni tarda ni perezosa que lo leo: "Primer uso de la olla: llenarla con agua (sólo agua) y poner en fuego lento durante X tiempo", mejor le dí vuelta a la página porque era demasiado tarde, lo único que pude pensar fue que esperaba que no dañara el artefacto por primero no probarlo.

Me salté páginas hasta que encontre el titulito de aves y carnes: ahí mencionaba el tiempo de cocción para carne de res, y verificando con el reloj ya estaba sobrepasada de tiempo, entonces el dichoso instructivo mencionaba que debíamos colocar la válvula en el símbolo de vapor para que la presión saliera, sin terminar de leer el párrafo que me dirijo a la estufa y que hago lo que me indicaban; un zumbido más fuerte traspasó mis oídos y a mi cocina la inundó un vapor espeso y que subía hasta el techo humedeciendo todo alrededor, incluyéndome a mí... me asusté pues pensé que había hecho algo mal, regresé a terminar de leer el parrafito y más adelante decía: "otra opción de descomprensión es colocar la olla bajo un chorro de agua fría". ¡De haber terminado de leer! ¡Carajo, quedé toda olorosa a carne! Tuve que limpiar toda la cocina, repito TODA la cocina (incluyéndome a mí) para quitar ese olor.

Desde entonces, esa valvulita de la olla exprés no ha vuelto a ser colocada en el símbolo de vapor.

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